Antes de empezar la pequeña crónica, quiero decir que todo esto de las carreras es posible porque al lado tengo unas personas que hacen que todo lo conquistado sea poco. Ellas son mi vida. Me llenan el alma, hacen que el momento en que mi cabeza vuela entre montañas, el momento en que traspongo degollada tras degollada, el momento en que cada paso sudado duramente por el sol pesando lo suyo, el momento en que cada trompicón me altera las pulsaciones... tenga un sentido que me recorre el cuerpo y anima en todo momento a seguir dando ese paso más. Me gustaría que algún día mis ojos fueran los suyos…(Teri,Melissa y Víctor) gracias valientes.
El sábado nos pegamos un madrugón y bajamos al muelle de Fuencaliente. La salida fue a las 6hs y con los leds en la cabeza, nos miramos unos a otros y tomamos la primera inspiración profunda para calmar los nervios por lo que nos deparaba el camino. Sabíamos que no era tan larga como la Transgrancanaria y eso nos animaba, pero, tenía unos desniveles muy fuertes que no debíamos pasar por alto. Bajo el arco de salida, me sentí muy contento al ver a tantos amigos y conocidos que me ha dado este deporte y lo mejor, el seguir haciendo nuevos con cada oportunidad . Verificamos por última vez la ubicación de todos los atriles y repasamos mentalmente el plan de dosificación y sin darnos cuenta, sonó el ansiado disparo de salida y a correr. Nada más empezar ya se empenicaba el camino y había que parar constantemente por el embudo que se formaba al entrar en los senderos. Subiendo a Los Canarios, primeros 7 Km, el ritmo por esas retenciones era bajo y nos daba la oportunidad de no quemar tantas calorías y relajarnos del estrés de la salida. Amaneció con un cielo despejado y muy buena temperatura, así que la carrera prometía para disfrutar. Nos encontramos con las Superanimadoras de toda la carrera (Teri, Mari y sus cencerros), también estaba Irene (mujer de Pablo) que en esta ocasión hacía la ruta de senderismo, por cierto, muy dura.
David, Isidro, Auxi, Javier y Pablo Ya estaban también dando lo suyo para alcanzar esos 26'8Km.
Siguiendo las órdenes del pulsómetro nos dedicamos a intentar rodar de manera eficiente y observar el paisaje de picón y lava. Tenerife y la Gomera se divisaban enfrente claritas. Según avanzábamos cada uno iba encontrando su ritmo y empezaban los adelantamientos. Apenas había llano para recuperar, todo era subir y subir muy duro hasta Las deseadas Km 18 y por fin llegó la bajada hasta el refugio del Pilar donde había un avituallamiento de sólido para reponer energías. Era emocionante la entrada porque allí terminaban la carrera de los que corrían los 26'8 Km y había muchísima gente formando un carril de entrada que te ponían los pelos de punta, animando. Contrariamente a lo que me imaginaba, las 4'07horas se pasaron muy rápido pero eso sí, con una sensación de sacrificio muy dura al pasar del nivel del mar a 1,931mts en 18Km cota de Las Deseadas. Pero eso nada, para quitarnos las amarguras estaban las del cencerro, Teri y Mari que a la salida del avituallamiento parecían un rebaño desbocado entre gritos y clonk, clonk o era clink, clink.
Una vez repostados nos esperaba una larga pista de tierra hasta El Reventón Km 34 y ahí realmente empezaba otra carrera por la dureza del desnivel, 9Km sin parar empujando el culo con el sol en el cogote hasta los 2,232mts de altitud al Pico de las Nieves, luego algo de bajada para recuperar y a subir otra vez hasta el Pico de la Cruz con sus 2,351mts y 47'5Km bien colocados. Un recorrido completamente irregular y discontinuo, como los dientes de una sierra pero lleno de imágenes de puzzle para recordar. Nos dirijímos ya a lo que ahora sí sería la última subida al famoso Roque de los Muchachos también con sus más que respetables 2,426mts y 57'8Km de carrera. Ahí fue entonces cuando al entrar en el avituallamiento ví a Casimiro ya repostado que salía a tumba abierta, comentó que todo iba genial y que ya le vería en la bajada pero no fue así, no le vi ni el polvo al jodío, estaba muy fuerte. El que también estaba fuerte era Alario, no visto desde la salida hasta el final. Probablemente sea de otro planeta, es una roca con su edad, durísimo.
Además de ser la carrera más dura por sus desniveles que he corrido, también fue una de las que más disfruté en su totalidad, el apoyo del residente palmero y la logística de la organización era patente en todo momento, contribuyó a que nos despreocupemos de temas esenciales como la hidratación, comida y seguridad en el trayecto.
Cada carrera no solo representa un desafío personal en si mismo, sino también una nueva lección y teniendo la carrera en mi estilo de vida como la forma para buscar la salud, creo que lo más importante que he conseguido es no ser competitivo sino eficiente y eficaz con mi capacidad.
La gran mayoría de los corredores se acercan a preguntarte cuánto tiempo hiciste y no cómo fue, cómo te sientes, simplemente se limitan a tratar de llegar antes que otro corredor. Esa actitud, genera acumulación de tensión que a veces es imperceptible por no alcanzar las expectativas. Estas expectativas muchas de las veces no son reales y nos damos cuenta de lo instalada que estaba la tensión en el momento de bajona.
Hace tiempo, razonando estas vivencias con los demás corredores, llegué a la conclusión de que ser un buen atleta no pasa por competir virtuosamente, ya que si corres para subirte al cajón, ese nivel te hace ampliar los parámetros de eficacia más allá de lo que nos daría un potaje con gofio y un buen bocao de queso majorero y lo que te tendrías que suministrar a la vez de la mayor exigencia en los entrenos, creo que no es ir en dirección de la salud sostenible. Hay épocas en la vida.
Pienso que la forma de cómo se mire el deporte dice mucho de nosotros y en cómo nos sentimos. Personalmente el tiempo que tarde me es indiferente, para mí lo importante en cada carrera son las sensaciones que me llevo en todos los niveles, el saber que soy capaz de emprender un nuevo reto independientemente del resultado, que dispongo de la fortaleza mental para sostener durante horas el espíritu que me permitirá completar el recorrido. Eso me hace sentir feliz y tranquilo.
Así que después de un buen repostaje en El Roque, para mí ya casi estaba terminada solo me quedaba echarme a dormir y dejarme llevar hasta Tazacorte. Según bajaba, me daba cuenta que la exigencia era muy grande por el desnivel y de seguir así no llegaría, decidí tomar las cosas con más calma, intentar guardar fuerzas para la última subida a Los Llanos.
Los últimos metros de la bajada de Tazacorte fueron sumamente emotivos. Primero me encontré con Pablo que después de hacer los durísimos 26,8Km estaba todavía con fuerzas para apretar el botón de la máquina de retratar y luego al final en la avenida, allí estaban mis amigos (Mary, Isidro, Auxi, Irene, David, Javier y mi infatigable mujer Teri con los cencerrros, afónica pero enteriiiiita, con su boca llegándole siempre a las orejas. Todos ellos contribuyeron a acentuar ese calambrillo interno de saber que faltaba muy poco para vivir un momento de total felicidad, de ser finisher una vez más. Fue así que esos segundos en cámara lenta en los cuales pisé la alfombra roja, aunque ellos seguían en la avenida de Tazacorte con los cencerros, esperando a los que venían detrás (Eduardo y Carmelo), tomé una profunda inspiración y diciendome una mentirijilla, ellos están aquí, míralos, saca pecho y pa'lante, di esos pasos entre el vallado hasta el arco parando el reloj en 13'03h durísimas.
Gracias chiquillos por todo ese empujón.
Al llegar empecé a buscar con la mirada a algún amigo o conocido, pero por lo reducido del espacio solo tenía cerca a quienes llegaron junto conmigo, así que como si fuese un amigo de toda la vida, terminé compartiendo mi alegría con un señor que no conocía pero que sabía que se había enfrentado al mismo desafío que yo.
Estas cosas son las que más valoro de este deporte, porque hoy tengo una gran cantidad de amigos que conocí en circunstancias similares, donde se mezcla la emoción con el sentimiento de saber que hemos logrado vencer el mismo reto.
Por eso puedo decir que para mi la Transvulcania fue un desafío similar al que experimenté en mi primera Transgrancanaria y las ganas de pensar inmediatamente en el próximo reto fue lo que me indicó que había sacado una buena nota.
Hoy mi objetivo principal reside en asegurarme poder llenar el alma, de modo tal que la experiencia que vaya sumando sea cada vez más enriquecedora y me sirva como incentivo tanto en mi vida como en mis retos cotidianos.
Mi enhorabuena a tod@s l@s componentes en esta expedición de Atlefulca a La Isla de La Palma al haber cumplido tod@s las expectativas, ser FINISHER una vez más y volver con el alma llena ( Mari y Eduardo, Isidro y Auxi, Pablo e Irene, Javier, David, carmelo, Alario, Casimiro, Teri y un servidor).
MUCHISIMAS GRACIAS por la exelencia.
Un abrazo fuerte del compa.
Ay mi niño, qué orgullosos estamos de ti!
ResponderEliminar¡¡Tu si que vales!! Muaaaaaais
Mi enhorabuena a todos los que corrieron, son todos unos valientes.. ¡¡¡Arriba las chicas!! Auxi, Irene, Leire(aunque malita)Mari y una servidora, con cencerro incluído, calentito ya para la Artenara Trail.
Muaaaaaais pa'tos
Hola Pablo, por tu comentario creo que compartimos la última subida, ya que tu tiempo es casi como el mio 12:59, ademas compartimos un aquarius bien fresquito que apareció por algún lado, jejeje.
ResponderEliminarDarte las gracias por tu ayuda en la ultima subida ya que iba muy tocado y entre los dos pues se paso mas amena.Pedirte disculpas ya que al final en la última recta arranque a correr por que me subió la adrenalina de saber que estaba mi hija esperando con mi novia en la meta.
Gracias por todo y espero verte por otras carreras.
Caballero..yo no le ví..ni los josícos..ansina ke usted tenía ke dir como los volaores..ahora...en la piscina bastante buena cara ke tenía...eso sí..muuucho más freskito..onde vá a pará..un abrazo y enhorabuena TITÁN...
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